Memes, divino tesoro….

Entre todas las cosas sobre las que digo que en algún momento escribiré, una de las que más lamento no sacarle el suficiente tiempo es la relación entre la teoría memética y la propiedad intelectual. Uffff, eso es porno duro me diría una amiga. Pues sí, pero le da sentido a esta manía nuestra de comunicar, de copiar, modificar, replicar, difundir….. Todo esto a colación de una noticia que leo esta mañana sobre el origen del minuto de silencioEdward Honey probablemente nunca se imaginó lo que una genialidad, nacida de una situación de dolor y memoria historica iba a significar en las décadas siguientes. ¿Es menos significativo, genial, original, inteligente la creación de un minuto de silencio que la de una canción de «Los Canarios«?  . Dentro de cien años, ¿qué es más probable que suceda?, ¿un estadio cantando dicha canción del grupo Los Canarios o un estadio en un minuto de silencio por una tragedia social?. ¿Cobran los herederos del señor Edward Honey algo por tamaña invención? Con esto no estoy diciendo que los autores no deban tener una justa retribución por su trabajo, pero sí critico el qué y el cómo en el mundo se cobra, y la rigidez de algunos defendiendo lo indefendible.

Por cierto, la teoría memética tiene como padre al Sr. Dawkins, el cual ha saltado a la fama en los últimos días por una posible demanda al Papa, cosa que, por cierto, desmintió el propio Dawkins, o por lo menos no quiere meterlo en la carcel, pero eso ya es harina de otro costal.

Ciao.

La gestión de proyectos se hace más social…

El efecto de la cultura microblogging, aquella que nos ha revolucionado con preguntas tan sencillas como «¿En qué piensas?» o «¿qué estas haciendo?», está dejando un interesante rastro de transformación en todos aquellos ámbitos donde la relación humana es la base. Uno de ellos es la gestión de proyectos.

Adoro la nube, me gusta su concepto y lo que nos trae, pese a sus peligros, que no son tantos ni tan malos. Así que cuando se lanzó el marketplace de google no veía la hora de probar alguna de las aplicaciones que traía para mis dominios. De todos ellas, las que más me han llamado la atención, por su utilidad y por cubrir alguna carencia propia de google apps, son los gestores sociales de proyectos.

Se trata de gestores cuyo flujo principal se basa en mensajes al estilo twitter, buzz,  o los estados de facebook o linkedin, a los que se vinculan tareas, citas, enlaces o documentos. Permiten la agrupación de mensajes por por proyectos, y la vinculación del equipo de trabajo, estén o no en tu dominio.

Los gestores son Socialwok, Teambox y Manymoon

Socialwok: El integrado

De los tres gestores es el más integrado a tu dominio, pasando a ser una pestaña más de las que te ofrece google dentro de sus aplicaciones. No sólo adquiere el logo que hayas ingresado para tu dominio, sino que además permite integrar todos los vínculos de google como mapas, imágenes, calendarios, documentos, y lo que es más sorprendente, waves. Dispone de formularios grandes para las conversaciones y agrupa las mismas por medio de feeds. Su aspecto no es desagradable, pero mejorable. Otra de sus ventajas es que actualmente no tiene límite en el numero de proyectos a gestionar.

Teambox: el simpático

Lo llamo el simpático porque me gusta no sólo su filosofía, muy semejante a la de socialwok, que da un papel principal a la conversación del grupo de trabajo, sino también su interfaz agradable para trabajar. A esto se le añade un mayor control de las tareas que en socialwok (abiertas, completadas y rechazadas), y un diagrama de gantt en la parte superior que ayuda mucho a contextualizar el estado del proyecto en los tiempos que tiene marcado. Además, para añadirle más cosas simpáticas es un proyecto español open source.
Ahora vienen las pegas. Sólo puedes gestionar de manera gratuita tres proyectos, siendo algo caros los planes de pago propuestos. Por otro lado no tiene una integración tan amplia como socialwok con las apps de google. Lo más deseable, o por lo menos para mi, sería que tuviera la capacidad de insertar o gestionar desde la plataforma documentos de google docs.

Manymoon: La megaherramienta…

Es la más completa de las tres en cuanto a la funcionalidad propia de un gestor de proyectos. Plena integración con google apps en cuanto a las utilidades de las que dispone tu dominio (calendar, docs, etc.). Además no tiene límite de usuarios, de proyectos y de tareas a emplear. Sin embargo, a mi parecer, aunque no sea más que por su apariencia gráfica, la conversación aquí pasa a un segundo plano. La gestión de la tarea, sus tiempos y las responsabilidades distribuidas es más importante. Es decir, el control.

Mi opción:

Me debato entre la sencillez de socialwook y la potencia de Manymoon. Muy probablemente me decante por la primera, sobretodo por el aspecto social que propone. Mi experiencia me dice que los proyectos generalmente, partiendo de que estén bien diseñados, presentan problemas en la comunicación entre sus integrantes. Prefiero un equipo fluido y resolutivo, que sepa (y que quiera) en todo momento cubrirse las espaldas. Es mucho mejor que un equipo controlado en sus rutinas. Lástima el precio de Teambox y su falta de integración con las apps de google, aunque siendo una comunidad open estoy seguro que esto último es un problema de fácil y rápida solución.

Me he adherido a los principios de la red de consultoría artesana…

Lo cual implica reconocer (y tomo el propio texto de la declaración)… que me siento un profesional que trabajo por el cambio y la mejora de las organizaciones, un trabajo que suele englobarse bajo el término de consultoría. A esta denominación le añadimos, gracias a el trabajo que ha hecho la red,  un adjetivo que representa un atributo diferencial: hacemos consultoría artesana. A favor de promover talleres más que fábricas donde abordar proyectos de dimensión humana.

(Y ahora sí tomo literalmente parte de la declaración)

La consultoría artesana es una alternativa a la manera dominante de hacer consultoría que aporta nuevas perspectivas, enfoques y valores a la hora de abordar el cambio en las organizaciones. Se define, por tanto, mediante estas señas de identidad:

  1. Trabajamos con las personas. El conocimiento, la ilusión y toda la energía necesaria para el cambio y la mejora residen en las personas, una a una, pero también organizadas y en equipo. Por eso, más allá de clientes, decimos que trabajamos con personas y no con corporaciones.
  2. Nos gusta nuestro trabajo. Nuestra materia prima es el conocimiento, algo que no se genera con horario fijo o en espacios concretos. De ahí que no establecemos rígidas separaciones entre nuestra labor de consultoría y otras facetas de nuestra vida. Integramos nuestro trabajo como una actividad más de nuestro quehacer cotidiano.
  3. Colaboramos de manera abierta. Con cada caso y proyecto generamos conocimiento, pero nuestro valor no reside en atesorarlo, ni en métodos y técnicas privativas a resguardo de clientes y de otros profesionales, sino en abrirlo a nuestra comunidad.
  4. Somos red, que en buena parte se refleja y apoya en nuestros blogs y en los medios sociales en que participamos. A través de estos canales distribuimos y compartimos conocimientos, ideas e inquietudes.
  5. Somos una comunidad de práctica en la que aprendemos a través de conversaciones entre iguales, cuyo fundamento no está tanto en el qué sino en el cómo.

Estas características esenciales se traducen en las prácticas que puedes consultar en el siguiente enlace.

Felicitaciones a los que construyen esta propuesta

¿De quién es lo que escribo?

Pues no se, desde luego mío no, o por lo menos en parte. Por eso nada más añadir el enlace a la licencia «Reconocimiento-Compartir» elaborada por Creative Commons, quiero detenerme a reflexionarlo en voz alta.

  • Copiar, distribuir y comunicar es algo consustancial a nuestra sociedad, ya que sin ello seríamos otra cosa, desde luego sociedad no.
  • Si no hubieramos transformado lo que hemos copiado, lo que hemos recibido o lo que nos ha sido comunicado, dificilmente hubieramos evolucionado, en cualquier dimensión que quieras ver la palabra evolucionar.
  • Que te reconozcan por las cosas buenas que has hecho es estimulante, nos genera una recompensa que nos anima a seguir aportando y a crecer, humana y profesionalmente. Además nos permite obtener beneficios de otro tipo, como económicos.
  • Que los que se beneficien lo hagan bajo las mismas reglas que tu lo haces, me parece justo, personal y socialmente hablando.

He dicho 😉

Migro definitivamente a wordpress

y dejo blogspot después de tenerlo tan abandonado…

Lo bonito que queda hablar de tecnología…

Y lo duro que es vivirla. Si no que se lo digan a Rosa Díez. Seguramente una víctima más de la presión que ha ejercido la obamanía tecnológica. El triunfo del nuevo presidente de los EEUU impulsado por las nuevas tecnologías, y la publicidad que se ha hecho de ello a través de los medios, ha afectado a todo político que se precie de estar al día, y ahora todos quieren una blackberry desde la que twittear. Eran más fácil aquellos tiempos (ayer) cuando solamente se trataba de hablar sobre la tecnología, lo importante que era superar la brecha digital, las inversiones necesarias para avanzar hacia la sociedad del conocimiento. Ahora toca algo más profundo. Ahora toca ponerse manos a la obra y vivir la tecnología y exhibir que se conoce y se usa.
Hoy que celebramos el día de participación ciudadana a través de las nuevas tecnologías, los políticos nos invitan a hacer un uso masivo de las tics en la construcción de nuestra realidad social. La pregunta es, ¿cómo se hace esto si tu interlocutor, no sabe, no puede, no tiene, no entiende y le queda mucho para implementar en su actividad las nuevas tecnologías? En este momento las administraciones públicas ya cuentan con una masa importante de ciudadanos del conocimiento, con una identidad digital muy activa con la que construir nuevos espacios de encuentro en la red. Sin embargo cuando estos ciudadanos del conocimiento habl@n encuentran que quien tienen enfrente no sabe, no puede, no tiene, no entiende y le queda mucho ancho de banda por navegar.